Ya no más



Tu estupidez llega a limites insospechados.
Y lo peor es que la mía te pisa los talones.
No puedo creer lo que sé, lo que me cuentan, lo que veo.
No puedo creer que de verdad todo esto esté acabando así.
Mentira, sí puedo creerlo, pero no quiero aceptarlo.
Siempre he mantenido viva una pequeña llama de esperanza, que se apaga de forma intermitente con ráfagas de aire.
Pero es que ya todo es tan complicado como para añadirle más mierda al asunto, para añadir más problemas, más dolores de cabeza a mi pobre vida.
Estoy cansada de ti. De tus idas y venidas, de tus señas incompletas, de tus palabras erróneas, de tus equivocaciones, de tus aciertos, de tus elecciones, de tus palabras. Estoy cansada de todos estos años que me he estado cargando a las espaldas. Tan cansada que ya no he podido con el peso y he sido aplastada por ellos. Me duele tanto todo lo que me has hecho que ahora ya no es solo esto, es un cúmulo de malas sensaciones, de bofetadas silenciosas, de puñaladas que has ido agregando a mi colección de momentos horribles. Has agrandado tanto esa lista en los últimos años... que debería odiarte, odiarte en serio, con cada fibra de mi ser. Pero la realidad es que no puedo. Dicen que del amor al odio hay un paso. Pues a lo mejor no te amé tanto porque por más que quiero no puedo reprocharte sin sentir que todo es culpa mía en el fondo, que yo fui la estúpida que se dejó arrastrar hasta ti, la que se dejó engañar, la que se dejó cautivar, enloquecer, pisotear.
Pero a todo le llega el momento de terminar.
Y yo ahora solo pido clemencia.
Ya no más.
Ya no puedo soportar ni un tropiezo más.
Esta historia que tú marcaste con puntos suspensivos que me tatuaste en el alma está a punto de llegar a su fin. Ya es hora de terminar. Ya llegó el momento de dejar este episodio, con cosas malas y buenas atrás.
Ya estoy cansada de soportar. Punto y final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario