La confusión es un sentimiento horripilante. No saber nada. Ni siquiera lo que tú misma sientes. A cada momento crees saber una respuesta contraria.
A veces cada recuerdo me hace daño, me hace querer cerrar los ojos y no volver a verlo nunca, soltar un montón de palabras sin sentido sobre lo estúpido que somos, los dos.
Pero en otros momentos esos mismo recuerdos me sacan una sonrisa tonta, me aletean mariposas en el estomago, aunque suene a tópico, y siento ganas de verlo.
Pero es tan confuso no saber si a los cinco minutos habré cambiado de opinión...
Y lo peor no es saber que no sé nada.
Lo peor es saber que aún el día que consiga aclararme no habré arreglado prácticamente nada, nada habrá cambiado, nada habrá mejorado.
Tenía tantas ilusiones puestas en nosotros, tantas emociones, tantos sueños...
Que ahora que todo se ha caído, me siento perdida.
No es lo que esperaba de esto.
No se lo que esperaba realmente, pero esto no.
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